Séjours tropicaux partagés

ACOGIDA



San Domingo, isla mítica de los famosos conquistadores y también los indios Del Caribe y Arawaks. Isla del final del mundo a tradición ecuestre, bautizada en 1492 por Christophe Colomb, Española (la Española o Hispaniola). Esta Isla a las múltiples facetas Antillas Mayores, ocupada al oeste por la República de Haití y al Este por la República Dominicana, divisoria en su región oriental (enfrente de Puerto Rico), una explotación ecuestre (rancho), llamada “Pasopicao” y un muy pequeño hotel de encanto ecológico (écolodge), nombrado “Estancia desconocida”.

El sitio, aislado y encaramado en las colinas exuberantes de la cordillera oriental está dotado con un Club y un lounge-bar “Aventura”, lugar totalmente tolerante y verdaderamente ideal para beborrotear algunos copas entre amigos en un ambiente voluptuoso y musical. Su marco filtrado resulta especialmente propicio a dejarse ir a los hechizos de los ritmos dominicanos destilados con precaución, probando al mismo tiempo cócteles especiales muy típicos y otros remedios al amor.
El Club propone por su parte, a los suscriptores, un abono, basada en dos o cuatro años consecutivos renovables. La suscripción permite así ofrecer, no solamente, un alojamiento inusual a tarifa especial, en bungalow encarama sobre inmensos pilotes a lado de colina, pero aún, implica deliberadamente el abonado que suscribió, a la protección de los ecosistemas y al proyecto de defensa del entorno.

Este lugar insólito, acoge con simpatía, todo auténtico viajero, aventurero, descubridor y écologue que busca bastante la aventura para atrever la singularidad. El espíritu curioso se sentirá inmediatamente “integrado” y encantado por este extraño lugar aislado, completamente original y verdaderamente distante del turismo de masa.
Cristoforo Colombo
(Christophe Colomb), el Gran Almirante, tendía a decir a los que querían oírlo, a propósito de Española (la Española o Hispaniola), que había descubierto tierras de una riqueza insondable, los Jardines del Eden. El tío del joven Hernan Cortes, Picos Pardos, decía por su parte, al joven Hernan, quien había visto de sus ojos, los Indios y los tesoros traídos de India. El oro, le decía, allí se encuentra en tal abundancia que corra de los ríos.. Se puede así imaginar sin dificultades que en los alrededores de este curioso territorio, cada senda, rastro o pista, oculta alrededor de cinco siglos pasados de la historia sorprendente de los famosos viajeros conquistadores, indios Del Caribe y Taïnos. El apasionados de la historia de las grandes conquistas españolas en las Indias Occidentales, probarán sin nula duda, la intensa emoción de descubrir, fuera de las sendas pegadas por los turistas, señales, objetos o rastros de lo que se remontan en aproximadamente ½ milenario y que subsiste siempre en estos lugares apartados.
Alonso Ojeda, Juan de Cosa, Amerigo Vespucci y Bartolomé de Cansancio archivó, los conquistadores contemporáneos de Christophe Colomb, debió ciertamente inaugurar estas pistas sinuosas de la Cordillera Oriental en caso de lo que se llama comúnmente “viajes andaluces”, antes de enfrentar Caonabo, uno de los jefes del Caribe del momento y a ganar la batalla del Vega Real.

Hatuey, un cacique Taïno debió él también recorrer estos sienta escarpadas para intentar escaparse al bautismo que le imponía Bartolomé, antes de poder huir en dirección de Cuba hacia 1512.





 

 
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